¿Cuál es la nota? Bueno, la nota es que no hay una nota, hay muchas.
Para mí, en este espacio dedicado a la televisión, lo más importante es la relación Enrique Peña Nieto-promoción por parte de Televisa.
No es lo mismo que cualquier político vaya a ese espacio noticioso a decir que quiere ser candidato a la Presidencia de la República a que lo haga el señor al que se le hizo un control remoto especial la noche del 15 de septiembre, por mencionar nada más una de las muchísimas menciones extraordinarias que don Enrique ha recibido por parte de los canales del consorcio de Emilio Azcárraga.
Obviamente él, como todos los que aspiran a competir en el 2012, exceptuando Andrés Manuel López Obrador, por sus antecedentes, tenía que pasar por ahí. ¿Pero por qué de una manera tan obvia? ¿Por qué con preguntas tan suaves? ¿Por qué en lunes? ¿Por qué a tan pocos días de haber concluido su mandato como gobernador en el Estado de México?
Pudo haber sido más sutil, más inteligente, más periodístico. Yo hasta me reí y me puse a cantar el himno de El Canal de las Estrellas. Me sentí como cuando veo las telenovelas y las actrices, en su escena más fuerte, interrumpen la acción para anunciar leche, teléfonos celulares o medicamentos para combatir las hemorroides.
Fue como de sketch, pero de sketch “caro”, de sketch protagonizado por una superestrella, ¿de dónde?, de El Canal de las Estrellas. Enrique Peña Nieto está en su perfecto derecho de perseguir “la silla” (“Game of thrones”). Y Televisa, de ganar (“Mad men”).
Pero hay maneras y la del lunes pasado no fue precisamente la más simpática.
¿O usted qué opina?
Álvaro Cueva
El pozo de los deseos reprimidos
Milenio
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