ADELANTAN ESTRENO DE PRIASSIC WORLD EN MÉXICO

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lunes, 10 de octubre de 2011

Moreira, Fidel Herrera y PRI; discapacidad moral y política para gobernar


El lastre partidista que hoy tiene a México entrampado en un sistema político decadente, no tiene que ver con la Política como ciencia del Arte y Buen Gobierno. La causa u origen de este lastre, es moral. Es de perversiones morales y políticas. Eso ya Miguel de la Madrid Hurtado lo había señalado desde que por dedazo fue elegido para suceder a José López Portillo en la Presidencia de la República.

Así es. Su frase de campaña y luego de gobierno, “La Renovación Moral de la Sociedad”, lo dice todo. Había una descomposición de moral política: tenía que ver con la corrupción institucionalizada que su partido el Revolucionario Institucional, había instrumentado bajo aquella regla no escrita que proclamaba: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

¿Cuáles eran los contenidos de ese desorden moral reconocido por de la Madrid? Justo el conjunto que hoy su partido quiere preservar: monopolio del poder; uso discrecional del presupuesto público; proliferación de negocios familiares a costillas de los impuestos: enriquecimiento inexplicable de gobernantes y funcionarios públicos; tráfico de influencias en materia jurídica; tráfico con los poderes de la Unión; y entre otros muchos, el fortalecimiento del crimen organizado. Este último ya Miguel de la Madrid lo acusó desde su campaña.

O sea que, ese desorden de moralidad en la política gubernamental, había corrompido todos los niveles de los gobiernos del PRI.

Dicho en otras palabras: el País padecía las consecuencias de un auténtico mal crónico: de una borrachera de poder político y económico, que hoy los gobernadores emanados del PRI han exacerbado dilapidando los recursos públicos estatales.

¿Personajes? Aquí los prototipos de esas amorales borracheras de poder, despilfarro y enriquecimiento inexplicable: Mario Marín, Humberto Moreira y Fidel Herrera.

Se trata de los tres gobernadores que más han endeudado a sus estados. Son los tres “destacados” militantes del PRI, que sin tapujos ni miramientos se han enriquecido de los beneficios económicos, arrojados por el proceso de la transición democrática querida y exigida por la sociedad mexicana.

Análisis debidamente documentados y sustentados de todo este histórico y aberrante latrocinio o anormal compulsión por tomar lo ajeno, está archivado en organismos como la OCDE y la Organización de Estados Americanos (OEA). Es decir, se trata de un secreto a voces que recorre los ámbitos de la comunidad mundial.

Soberbia o sordera moral, discapacidad para gobernar

Luego entonces debe insistirse: el problema no es de la Política como Arte y Ciencia del Buen Gobierno. Es moral. Se trata de un problema cuyo origen no radica en lo psicológico, en la inteligencia.

¿En qué se demuestra que el problema no radica en la Ciencia Política ni en la inteligencia? En que todos, incluido el PRI y su militancia, son capaces de percatarse del problema. Lo conocen a fondo, en sus entrañas. De otra manera no andarían buscando el fuero de los cargos públicos para protegerse.

Otro factor que demuestra cómo el problema no radica en la Política ni en la inteligencia, está en que desde Echeverría y hasta Carlos Salinas de Gortari, los presidentes salidos del PRI han obtenido títulos y grados de maestros y doctores en las mejores universidades del mundo.

Entonces tampoco se trata de academismo ni de la experiencia política que presume el PRI. El problema es en efecto, de formación humana y moral. Eso lo deben reflexionar nuestras universidades públicas y privadas. Ya Juan de Dios Andrade Martínez lo ha señalado con toda solidez.

En efecto, la vida del desaparecido fundador de Apple, Steve Jobs, es otra de las grandes demostraciones de que lo principal en la vida no son los títulos y los grados académicos, sino los valores y la formación humana. Pero no sólo la vida de Steve Jobs: la de Juan Pablo II demostró lo mismo.

La vida de ambos comparada con la Historia, ratifica que el problema no reside tanto en los títulos y en la experiencia profesional, sino en la formación humana y moral.

Así lo confirma la Historia Universal; allí el caso del Imperio Griego. Pese a su florecimiento que todavía nos ilumina con Aristóteles y Platón, en su tiempo decayó justamente por sus abandonos éticos y morales.

Pero procede destacar: la caída de Grecia radicó en la inobservancia de uno de los principios universales que ella misma nos heredó de su cultura: el concepto de “soberbia” que en griego significa SORDERA.

¿Sordera física o fisiológica? No. Los minusválidos son testimonio y ejemplo de que la discapacidad no limita, ni física ni intelectualmente. Ellos son modelo de que con voluntad, fuerza moral y psíquica, se puede lograr lo sublime: superar toda incapacidad física.

Luego entonces en el caso del PRI el problema es de índole moral. De sordera moral. Esa que lo ha discapacitado para gobernar en el correcto sentido y aplicación de la Ciencia Política.

Esa cuyo egoísmo se rige en exclusiva por la “máxima” del “Vivir fuera del presupuesto es vivir es el error”. Esa que desoye la imperiosa necesidad de las reformas Política, Hacendaria, de Seguridad Nacional; Educativa; Laboral y todas aquellas que social y jurídicamente adecúen a México con el presente que ya cambió.

En suma, ese desorden moral que Miguel de la Madrid Hurtado ofreció corregir con su demagógica frase: “La Renovación Moral de la Sociedad”. Así es, ese desorden moral que se llama corrupción y sordera política, es justo lo que política y moralmente incapacita al PRI para gobernar y conducir a este País a su desarrollo integral.

El desorden no puede generar orden; la inmoralidad tampoco puede causar un orden moral. Nadie da lo que no tiene.

Nazismo y priísmo; conciencia laxa y cauterizada

Observando el comportamiento amoral de Eduardo Moreira y Fidel Herrera, no se puede menos que recordar el de Rudolf Hess, el militar alemán que Hitler colocó al frente de los campos de concentración y exterminio nazi.

Tras ser derrotados los nazis, quienes interrogaron a Hess luego de que escondido fue localizado, refieren que este homicida que mandó matar a más de millón y medio de judíos, jamás proyectó sentimiento de culpa ni remordimiento alguno.

Increíble, porque entre sus víctimas hubo millones de niños indefensos. Es más, frente a esos niños, sus padres fueron brutalmente masacrados, y no obstante, Hess, ni siquiera antes de ser ejecutado por crímenes de guerra, manifestó sentimiento de culpa alguno.

Otro signo de esa inhumana conciencia laxa y cauterizada, fue ponderado en la persona de Rudolf Hess: mientras frente a sus hijos era el padre tierno, sensible y protector, ante los hijos de los judíos era lo peor de la crueldad humana.

Bien, pues el cinismo laxo y cauterizado que Moreira y Fidel Herrera proyectan haciéndose pasar ante los medios de comunicación y la sociedad, como si no fueran corresponsables de los millones de pobres que México acumuló durante los gobiernos del PRI, es verdaderamente espantoso e indignante.

Se trata de dos inobjetables casos de anormalidad humana. Lo normal es que todo ser humano integralmente formado, se conduela de cómo con sus actos afecta a los demás y sienta remordimientos por el mal que ha hecho.

¿Cómo el PRI ha dañado a generaciones y millones de mexicanos?: con el monopolio del poder; el uso discrecional del presupuesto público; la proliferación de negocios familiares con el producto de los impuestos: el enriquecimiento inexplicable de gobernantes y funcionarios públicos; el tráfico de influencias en materia jurídica; el tráfico con los poderes de la Unión; con el bloqueo a las reformas, y entre otros muchos, con el fortalecimiento del crimen organizado.

Se trata de toda una carga histórica que comparada con el empobrecimiento heredado por el PRI y el atraso que le ha causado a México, no deberían ni tener cara para salir a las calles pidiendo el voto ciudadano.

Hoy Moreira y Fidel van juntos para encabezar la estrategia del PRI por la Presidencia de la República. Es entonces prudente y necesario que los mexicanos tengan bien en cuenta que ambos y demás militancia del priísmo, padecen una discapacidad moral y política para gobernar. Esa discapacidad se llama SORDERA O SOBERBIA HUMANA. Se trata de un mal crónico degenerativo. La imagen externa de ambos, así lo proyecta. Cada quien proyecta lo que lleva dentro.

Germán Benitez
e-consulta


"Par de culeros, nos dirán, pero no los peles cabrón"

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